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Buenísimo el artículo sobre la trama de verificación de músicos falsos. No conocía el caso y me parece interesantísimo. ¡Gracias por compartirlo! Creo que se vincula mucho con el reciente acuerdo entre Universal y Deezer, y me lleva a pensar que quién es o deja de ser músico/a profesional lo deciden actualmente las plataformas y las redes sociales: el reciente acuerdo entre Universal y Deezer deja fuera de los pagos a quienes tengan menos de 1000 escuchas mensuales de al menos 500 usuarios separados, no considera profesionales a estas personas. Sin embargo, “comprarse” una carrera como músico profesional es tan fácil como pagar por la fabricación del algunos artículos de prensa, alquilar un estudio de grabación para hacerse unas fotos como si se estuviera trabajando en él, subir contenido sonoro (vale cualquier cosa) a Spotify y Apple, y solicitar tu check azul para tener cuenta verificada en Instagram. A partir de ahí, ya vendrán los ingresos como influencer por tener un perfil verificado. Los modelos de negocio en plataformas permiten fabricar fácilmente falsos músicos que cobran tanto de las plataformas de streaming como de otros conceptos relacionados con la esponsorización y los acuerdos con marcas, a la vez que impiden que verdaderos músicos puedan ser retribuidos por un trabajo real.

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