LaLiga es la nueva SGAE. Tener sol y playa, la nueva maldición para la economía
También: Las universidades y Google cosechan lo que sembraron: alentaron el activismo, ahora reprimen las protestas. Adiós a Daniel Dennett, mi filósofo de cabecera los últimos años
Empezamos con lo más leído de la edición anterior: el mapa del alcohol en Europa, las listas con el mejor cine del siglo XX, la vida de Antonio Amaya no ha sido fácil.
La maldición de tener sol y playa acaba engendrando un enorme malestar con el turista
Sigo con las manifestaciones en Canarias en la cabeza. Leyendo a participantes en redes y algunas piezas sobre las reivindicaciones (por ejemplo en El Diario o la de EFE) entiendo que hay una enmienda al modelo socioeconómico. Canarias como destino turístico de éxito se mantiene como una región relativamente pobre y con sueldos bajos.
Luego hay toda una serie de quejas concretas que van desde el rechazo a la inmigración (sobre todo en la clase media-alta que compite por vivienda con la local) a la denuncia del impacto ambiental de proyectos hoteleros y mineros.
El caso es que, en España, de no ser por el sector turístico, el PIB nacional habría crecido un 0,8% en 2023, en lugar de hacerlo un 2,4% como estimó el Banco de España. Así pues, el 70,8% de dicho crecimiento económico se corresponde al turismo. Sergio Delgado en El Blog Salmón. Dicho de otro modo, el turismo y la riqueza generada nos podría pagar educación para jóvenes, políticas sociales e inversión para el desarrollo industrial. ¿Es lo que está sucediendo?
Me interesó mucho la pieza de Manuel Alejandro Hidalgo, en Cinco Días, en la que menciona “el mal de playa”:
Kožić explica que una apuesta por el sector turístico puede reducir el crecimiento a largo plazo de una región o país. La razón principal es lo que podríamos denominar el mal de playa, similar al mal holandés, asociado a la llamada trampa del desarrollo. Al ser el turismo un sector intensivo en mano de obra que requiere poca preparación y cualificación, pero que al mismo tiempo genera retornos relativamente altos a quienes en él participan comparado con la inversión necesaria, sobre todo trabajadores, logra desplazar a otros sectores que necesitan una mayor dotación de mano de obra cualificada. El efecto más inmediato de la presencia de sectores intensivos en mano de obra no cualificada es una reducción del nivel educativo de los trabajadores, lo que lima el crecimiento económico a largo plazo. Así, una alta especialización en el turismo tiene un fuerte efecto a largo plazo debido a un coste de oportunidad, dado un menor “incentivo al estudio”
A la maldición de tener sol y playa podemos sumar la ironía del turismo. Mientras los visitantes buscamos experiencias culturales auténticas, contribuimos al deterioro de los lugares que visitamos. Las multitudes turísticas que lo estropeando todo siempre son los otros.
En el terreno de las medidas concretas, la imposición de tasas turísticas y de pago por acceso a lugares como el Teide se plantean como la más inmediata. Lo cuenta Carlos Prego en Xataka, que también explicó los motivos y medidas de Venecia. Mi impresión es que estas políticas tiene mucho de mensaje simbólico, “hacemos algo, lo penalizamos”, poco sentido económico (un turista ya deja en la ciudad en impuestos mucho más que lo que piden las tasas) y, si acaso, una suerte de limitación si se decide que el número de entradas es una cantidad concreta.
En cualquier caso, la explosión de este malestar tiene un ingrediente esencial que es la llegada de muchos extranjeros con alto poder adquisitiov para vivir o al menos pasar largas temporadas. Esa competencia con la escasez de vivienda en los sitios donde la gente quiere vivir ha elevado los precios, generando un doble malestar: no poder competir por esas viviendas para el que se va fuera y el cambio cultural / identitario para el local que sí permanece.
Mientras, los talibanes quieren que más turistas visiten Afganistán. El país ya ha visto un aumento de visitantes extranjeros desde que el grupo militante reconquistó Kabul en 2021, con 7.000 visitas el año pasado, frente a unas 700 en 2021. Explica Riazatt Butt en AP (en inglés) que la mayoría de los visitantes proceden de China, apuntando que el director del departamento de turismo del país afirma que los turistas se sienten alentados por el descenso de la violencia en Afganistán tras la vuelta de los talibanes al poder.
LaLiga es la nueva SGAE
LaLiga está exigiendo el borrado de los resultados de búsqueda de Google de noticias que informan sobre su actividad antipiratería. Estoy siguiendo la cobertura del siempre riguroso Joshua Llorach en Banda Ancha:
Según Lumen Database, web que recopila avisos de retirada de contenidos online, durante los últimos 12 meses la Liga Nacional de Fútbol Profesional ha enviado a Google 757 reclamaciones por copyright en nombre propio y en representación de diversas organizaciones, solicitando en cada una la eliminación de los resultados de búsqueda de decenas de URL supuestamente infractoras.
La mayoría de los enlaces reportados por LaLiga son de webs que ofrecen streams de partidos de fútbol o venden servicios IPTV ilegales, sin embargo, en sus reportes también se incluyen URL de artículos que, sin llegar a divulgar los contenidos protegidos, explican cómo acceder a ellos saltándose los bloqueos mediante el uso de una VPN.
Un ejemplo de artículo que reclaman, “Así utilizo listas IPTV para ver 7.000 canales gratis en mi tele Xiaomi” de MundoXiaomi. Ni rastro en él de vulneración del copyright de LaLiga. Cabe recordar que LaLiga cuenta con respaldo judicial para solicitar a los operadores los datos de los usuarios que emitan partidos de forma ilegal. Lo explicó Laura Sacristán en Xataka Móvil.
Para saber qué es IPTV y cómo funciona, dentro vídeo:
La praxis de la organización futbolística española acostumbra a ser la de intimidar, denunciar atacando a proyectos pequeños que tienen muy poca capacidad de defenderse. Explorando el tema me crucé con este caso de desarrollador en la situación de haber visto su aplicación reclamada como ilegal cuando sólo daba los resultados de los partidos.
“En respuesta a una notificación de Sky, Google ha eliminado los sitios web de varios servicios de IPTV de sus resultados de búsqueda en el Reino Unido. Los nombres de dominio en cuestión fueron bloqueados previamente por los proveedores locales de Internet en respuesta a una orden del Tribunal Superior. La reciente acción demuestra que la cooperación de Google con los titulares de derechos va más allá de la persecución de los sitios tradicionales que alojan o enlazan directamente con contenidos”. Ernesto Van der Sar en TorrentFreak (en inglés), Adrián Raya en El Androide Libre.
Las universidades y Google cosechan lo que sembraron: alentaron el activismo, ahora reprimen las protestas
Universidades estadounidenses como Cornell y Columbia han utilizado la policía para controlar las protestas pro Palestina, lo que ha indignado a parte de estudiantes y profesores, que ven esto como una violación de la libertad de expresión y un retroceso en la gobernanza académica. Tyler Austin Harper en The Atlantic (en inglés) discute la paradoja y la hipocresía percibida en universidades como Cornell, Columbia, NYU y Emory, que promueven activamente sus historias de activismo estudiantil pero luego reprimen protestas actuales.
Algo que consiguen los estudiantes de universidades de élite (o al menos con la selección económica y social que suponen los estudios superiores en EEUU) es conseguir una visibilidad extra a su visión del mundo, que suele traducirse por “lo que piensan los jóvenes”. El caso es que con los datos en la mano, Nate Silver concluye (en inglés) que la mayoría de los jóvenes sólo quieren un alquiler y una sanidad más baratos, estando mucho menos preocupados por la situación en Gaza.
Google despidió a 28 empleados que participaron en una sentada "ocupación" de protesta en las oficinas de Google Cloud. Exigían que la empresa rompa un contrato de 1.200 millones de dólares con Israel conocido como "Proyecto Nimbus". Belly Perrigo en Time (en inglés). Desde la organización de la protesta se insiste. Dicen que van a seguir, aunque sospecho que esto es un punto y aparte en el activismo de los empleados de Google (algo que la empresa potenció desde hace años con su cultura).
Sobre este tema, recupero el incio del debate sobre este tema que publiqué en 2021 en esta lista:
Trabajadores del mundo, uníos y exigid que vuestra empresa quiera cambiar el sistema
Un caso que se estudiará en escuelas de negocio, en hilos de Twitter, en charlas de analistas. El memorando de Jason Fried (en inglés) sobre cómo quieren fijar la cultura de Basecamp (un excelente software como servicio para gestión de proyectos del que he sido usuario / cliente muchos años) ha provocado una catarsis en la empresa y en el sector tecnológico USA (y por mimetismo, en la conversación en España también).
El punto de Fried es subrayar a que se dedican: hacen software de gestión de proyectos, clientes de correo electrónico y comunicaciones entre equipos de trabajo. No son una “compañía de impacto social”, algo que se articula en la “nueva etiqueta” que plantea (bueno, es un decir, más bien “establece”) el otro fundador de la empresa, DHH (también en inglés) que se puede resumir en que no quieren más conversaciones sobre política y problemas sociales en el trabajo: “Esto incluye todo, desde compartir historias políticas en Campfire, usar hilos de mensajes para dilucidar a otros sobre creencias políticas que van más allá del tema directamente o realizar actividades de promoción política en general”. Un resumen y contexto de ambas intervenciones en Xataka, por Pablo Rodríguez.
Casey Newton en su lista de correo tiene una pieza (en inglés) ofrece algo de información interna del histórico de la compañía: colea un suceso algo turbio sobre chanzas internas con una lista de nombres de clientes y, sobre todo, constata que los fundadores de Basecamp siempre han sido muy activos en compartir posiciones fuertes (de hecho DHH suele ser bastante bocas, ha pisado muchos pies y se ha granjeado a menudo la antipatía de otros del sector) y han atraído a su empresa a gente del mismo perfil. Sobre todo subraya que no había tanto conversaciones sobre política del mundo exterior como asuntos internos de la empresa.
Hay un aspecto algo ingenuo o ventajista en la visión de Fried y NHH, no existe algo así como un software “neutral” sin implicaciones políticas. Nunca lo ha habido y en estos tiempos en lo que lo digital se ha integrado y está transformando cada vez más aspectos de la sociedad, menos. Dicho, esto, veo un punto a favor de una política de empresa que minimice las discusiones sobre política y sociedad (que no sobre políticas de la compañía): no se polariza el ambiente interno, no se politiza en exceso y no se da el efecto indeseable de ambas, que no es otro que la marginación de las minorías. En este caso de las minorías ideológicas, no de las raciales o identitarias
El caso es que los empleados de Basecamp están saliendo en estampida de la empresa. En el momento de escribir la lista de correo (sábado por la mañana en España) se ha marchado el 34% de los trabajadores de la empresa (Megan Rose en Protocol, en inglés), aquí hilo en tiempo real. Por los tuits de algunos me da la impresión es que hay una cuestión de desconexión de la cultura que se quiere impulsar desde arriba y de la sensación de control. José Luis Antúnez tiene algunos puntos sobre esto.
Me he acordado de la rareza que supuso el sindicado de empleados de Google (estrictamente de Alphabet, el grupo completo de compañías). Si las condiciones de Google son de las mejores dentro de uno de los sectores que mejor paga y trata a sus empleados ¿de dónde sale la motivación para crear un sindicato en lugar de dedicarse a disfrutar del dinero? Su surgimiento lo explicó muy bien Toni Castillo en Genbeta, me permito subrayar una parte:
“El lema de nuestra empresa solía ser ‘No seas malvado’. Una fuerza laboral organizada nos ayudará a estar a la altura”…“más allá de defender las condiciones de trabajo de las plantillas, se marca como objetivo hacer uso de su poder recuperado para controlar en qué trabajan y cómo se usa, asegurar que la compañía actúe éticamente beneficiando a la sociedad y el medio ambiente o combatir el acoso, el fanatismo, la discriminación o las represalias” Aarian Marshall lo explicitaba en su pieza en Wired (en inglés), “El Sindicato de Trabajadores Alphabet no busca mejores salarios y beneficios. Quiere influir en las políticas de la empresa sobre cuestiones sociales y de otro tipo”
Dicho de otro modo, como los fundadores de Basecamp están equivocados y el software tiene enormes implicaciones políticas, los empleados de empresas tecnologicas de Estados Unidos no aspiran a negociar sólo sobre las condiciones laborales (se da por supuesto que son excelentes) sino a discutir de políticas y cuestiones e influir en decisiones de producto a partir de ellas.
Si hay miedo al poder de las grandes tecnológicas en la sociedad, los empleados quieren parte de ese poder. Un apunte adicional: hay una diferencia clara entre las posiciones de empleados y directivos y dueños de empresas tecnológicas. Gonzalo Toca lo reflejó muy bien en esta pieza: los trabajadores de las grandes corporaciones como Twitter o Google preferían a Sanders y Warren, el ala más a la izquierda del partido demócrata
Cajón de sastre
Falleció el que ha sido mi filósofo de cabecera los últimos años, Daniel Dennett. Santiago Sánchez-Migallón en Hypérbole hace un balance de algunos de los motivos por los que me ha interesado tanto: su empeño por el fundamento científico de su propuesta filosófica, su escritura clara y accesible, su obsesión por temas clave para mi, como la evolución y la consciencia.
Por primera vez detectan que a orangután de Sumatra tratándose una herida con una planta con propiedades medicinales conocidas. Miguel Ángel Criado en El País.
Los cinco títulos de FP con mejores sueldos al año de haber terminado. Ignacio Zafra en El País.
James Pogue con un fantástico artículo en Granta (en inglés) sobre una visita a la República Centroafricana, controlada en parte por el grupo ruso Wagner. Explica que existe un fuerte sentimiento antioccidental en el país, exacerbado por las acciones y políticas de países occidentales en décadas anteriores. La historia de colonización y explotación por potencias extranjeras dejó un legado de desconfianza y resentimiento. Esto se refleja en la apertura hacia actores no occidentales como Rusia, que prometen desarrollo y apoyo sin las ataduras históricas del colonialismo occidental.
La concha fina de Málaga en peligro de extinción. Esther Luque en Cadena Ser.
¿Tiene España la obligación de traerse a un enfermo grave del extranjero?: las claves del rescate de Álex García. David López Frías y Nieves Salinas en Epe.
Las vacunas han salvado 154 millones de vidas en todo el mundo en los últimos 50 años, según estudio, dirigido por la Organización Mundial de la Salud y publicado en la revista The Lancet. Equivale a seis vidas cada minuto de cada año durante cinco décadas. Los investigadores concluyen que la vacuna contra el sarampión por sí sola es responsable del 60% de las vidas salvadas. La vacunación ha tenido un impacto especialmente significativo en las tasas de mortalidad infantil; del total de vidas salvadas, 101 millones eran lactantes. OMS, Cecilia Jan en El País.