Sería deseable no tratar a los ciudadanos como ignorantes
No tengo tiempo ni para procrear
“La generación de mi hijo será la que no pueda contar con la ayuda de sus padres cuando tengan hijos. Nos va a pillar demasiado mayores para ser abuelos” Carlos García en 20 Minutos apunta a que “Mi generación ha dejado para muy tarde los niños”. He estado buscando su fecha de nacimiento (1979) para calibrar de qué generación hablamos (la mía)
García pivota entre el criterio propio (que extiende a su generación) y, claro, “lo que quiere el capitalismo” en lo que respecta a pensar en uno mismo o esperar a los 40 para tener hijos. Hector G. Barnés apunta a que “aún no hemos encontrado a ese ladrón de nuestro tiempo. Eso sí, tenemos una larga lista de candidatos: tu empresa, tu jefe, el teléfono móvil, tu pareja, la serie tonta de moda, tu hijo, los datos del coronavirus, tu madre, el vídeo de un perro despertándose de la siesta, el capitalismo, el comunismo, cualquier cosa… menos uno mismo” en su artículo sobre el acuerdo Casa del Libro - Glovo en El Confidencial titulado “El futuro era recibir en media hora el libro que no leerás hasta dentro de 5 años”
Tim Ferris ya no está tan por la labor de “cuatro horas de trabajo a la semana”. Entrevista en GQ (en inglés) citada en esta pieza que firma Jeff Hadden en Inc (en inglés) recopilan su cambio de postura: ya no está tan obsesionado con cuantificar y optimizar todo (sobre todo a uno mismo).
La enmienda Errejón explicada por Fátima Caballero en El Diario: semana laboral de cuatro días sin reducción de salario con ayudas a las empresas al principio que estén dispuestas a “experimentar”. Creo que hay un aspecto que refleja bien el horizonte de la medida (y en parte también el público objetivo de Errejón), “Más País tiene identificados qué sectores tendrían más fácil la implantación de la medida. Tejero explica que los más creativos –diseño, informática, consultoría…– experimentarían más rápido una mejora en estos parámetros que el resto”. Su hipótesis de aumento de la productividad con menos horas va a ser difícil de trasladar a agricultores, camareros o albañiles
Mejor no tratar a los ciudadanos como ignorantes
Tengo la hipótesis de que los divulgadores y expertos que más desbarraron en el entendimiento del coronavirus (desde “es sólo una gripa” o “mejor no os pongáis mascarillas”) son los que meses después más altivos, despectivos y agresivos se posicionan respecto a quienes dudan sobre las vacunas. Esta semana he leído una pieza - la entrevista de Manuel Ansede a Els Torrelee en Materia - y el podcast de Marcos Vázquez con Gemma Rabal - en el que la tesis cambia: es legítimo y oportuno mantener una actitud escéptica respecto a las vacunas y la industria que las posibilita, el sentido crítico y la transparencia ayudarán a mejorar el proceso y a eliminar las objeciones no razonables. Sería deseable no tratar a los ciudadanos como ignorantes (prefiero este expresión a “como a niños”, yo a los niños intento decirles siempre la verdad), mientras muchos expertos fallaban estrepitosamente ya había grandes grupos de ciudadanos gestionando el riesgo mucho mejor.
Sobre este tema gira la pieza de Sergio Ferrer en Agencia Sinc: “Las primeras vacunas contra el nuevo coronavirus afrontan desafíos que van mucho más allá de su eficacia y seguridad; necesitan que la población confíe en ellas. Los expertos temen que el exceso de optimismo genere expectativas irreales, o que se las culpe de efectos que no son suyos. Por ejemplo, ¿qué pasará cuando mueran personas mayores ya vacunadas?”
Julia Marcus en The Atlantic (en inglés) con la que tiendo a estar de acuerdo: “El peligro de asumir que el tiempo con la familia es prescindible. Los estadounidenses que están desesperados por ver a sus seres queridos necesitan un consejo que vaya más allá de ‘Simplemente di no’”
Cajón de sastre
Datos que nos indican por donde está viniendo ya la crisis: aumenta la desigualdad, la caída de los ingresos salariales del 30% de la población con menor renta alcanza el 10%, mientras que en el 30% con más renta apenas se ha reducido un 2%. Javier G. Jorrín en El Confidencial explica como nuestro modelo laboral nos pone en la cabeza de Europa de impacto de la pandemia: “En apenas un mes y medio se destruyeron un millón de empleos, de los cuales, casi el 90% eran temporales, esto es, de rentas bajas. Por el contrario, los contratos indefinidos de larga duración, que están blindados, apenas se destruyeron, protegiendo así a empleados de rentas altas y largas carreras de cotización”
Merece la pena ver el vídeo de la pieza de Roger Pascual con Gervasio Deferr en El Periódico, uno de los pocos españoles con dos oros olímpicos. Dejando atrás la polémica de su positivo por marihuana, un gimnasio en el barrio de La Mina de Barcelona “Desorientado, necesité tiempo para encontrar mi lugar”
Los 94 mejores tuits de humor de 2020 libres de coronavirus según Jaime Rubio en Verne
Espectacular como siempre, “el 2020 en fotos” del NYT (com mucha política y sociedad USA, claro)
“En los años más intensos de la globalización quedó claro que las cadenas de montaje podían cambiar de lugar. En cambio, el trabajo de oficina era más difícil de trasladar. Había razones culturales e idiomáticas que protegían estas actividades de la competencia de países lejanos. Ahora, cuando las empresas se encuentran ya más cómodas con el trabajo a distancia, la tentación de transferir estos trabajos a terceros será mayor” Raymon Amerych en La Vanguardia (no estima lo suficiente que el trabajo “de cuello blanco” lo hace un equipo y no son tareas sueltas que luego se puedan ensamblar y listo)
Un escenario diferente, más optimista, dibuja Chris Herd en un hilo en Twitter (en inglés) a partir de los datos de 1500 entrevistas sobre el teletrabajo (en el caso de Herd creo que recoge lo que le gustaría a mucha gente que pasara, tampoco creo que sea un buen predictor de lo que sucederá)
“La covid fue la primera causa de muerte hasta mayo en España y apenas hubo excesos por otras patologías” Del equipo de datos de El País, que trae una conclusión un tanto contraintuitiva en mi opinión (y que en m ifuero interno sigo discutiendo): que de todos los tratamientos que no se hicieron esos meses, postergados o cancelados, no se derivaron apenas fallecimientos.
“En realidad, el agua como tal no cotiza en bolsa. ¿Por qué decimos lo contrario de lo que han difundido las noticias y de lo que acabamos de expresar? Porque realmente lo que ha empezado a cotizar en bolsa no es el agua en sí sino los contratos de futuros del agua. Y además de una zona particular de California, no de todo el mundo” Alejandro Nieto explica el movimiento en Magnet
Cody Cottier en Discover Magazine (en inglés) sobre las conjeturas de los expertos a la hora de explicar por qué ahora hay muchos menos asesinos en serie que hace décadas
Siguiendo un tema de la edición pasada de Causas y Azares, Ricardo Dudda entrevista a Bruno Bimbi en Letras Libres. Otro que ya comentamos tiene novedades, José García en Xataka sobre la reacción de Pornhub a las denuncias por vídeos con menores