Esta semana hablamos mucho de leer, de escribir, de publicar y de hacer listas de libros
Vamos con los temas más leídos de la semana pasada: mucho interés por la guerra en Radio 3 que publicaba El Diario, también por el fenomenal despliegue fotográfico de National Geographic con el 2021 en imágenes y en tercer lugar una oportuna aparición de los libros del año para Pablo R. Suanzes (y es que esta semana hablamos mucho de leer, de escribir, de publicar y de hacer listas de libros)
Nos han robado la concentración para leer, los manuscritos estrella del año y el placer de las listas
“Duante años, una figura misteriosa ha estado robando libros antes de su lanzamiento. ¿Es espionaje? ¿Venganza? ¿O una completa pérdida de tiempo?” Se trata de una historia de película en la que se sospechaba que el ¿villano? podría estar trabajando para Hollywood. En Vulture (en inglés), Reeves Wiedeman publicó a principios de año un gran reportaje con testimonios de la industria y detalle sobre los manuscritos a los que accedió el “ladrón” (que no es que les dejara sin los textos, los libros de hecho se publicaron sin problema). Esta semana, Elizabeth A. Harris en el NYT (en inglés, requiere registro) informaba del arresto de Filippo Bernardini, “un ciudadano italiano que trabajaba en el mundo editorial fue acusado de fraude electrónico y robo de identidad por un plan que, según los fiscales, afectó a cientos de personas durante cinco años o más”. En Daily Mail tienen la foto del sospechoso, que niega ser culpable
“Pienso en cómo una de mis aficiones favoritas cuando chavala, y aún ahora, es la lectura. En cómo no leo ni la mitad que hace unos años. En que era mucho mejor lectora antes de tener redes sociales, cuando pirateaba las series o veía las películas en Megavídeo con varias pestañas abiertas para que no se me parase la cinta a los 72 minutos. Pienso en que, con quince, dieciséis o diecisiete años, mi capacidad de concentración y mis ganas eran mucho mayores que ahora. Y no creo que mi atención haya colapsado, creo que me la han robado” Clara Nuño en Medium
El consumo de libros, música y televisión tiene poco efecto en el bienestar de los adultos a corto plazo. Y bien está, a salvo de cualquier proyecto de mejora personal. Lo explica Sergio Parra en Xataka Ciencia
Excelenta Jimina Sabadú también en Medium, “En un mundo de gritos, yo quiero volver a leer despacio”. Cuanta que “antes era mejor lectora. Era mejor lectora antes de tener una depresión mayor, por supuesto. Era mejor lectora antes de tener datos ilimitados. Era mejor lectora antes de tener smartphone. Antes de tener redes. Antes de tener wifi, antes de tener ordenador, antes de tener walkman. Cuanto más te distraes con el mundo, peor lector eres”
Nuño critica también el amiguismo en la prescripción cultural. En mi caso comparto la pieza de mi amigo Uriondo en la que explica diez cosas que le preguntan sobre cómo fue editar con Amazon ‘La Píldora Serrrahima’ (que tengo en mis pendientes, pero ya saben, mi concentración ya no es lo que era, muchas redes sociales y además Houellebecq publica dentro de poco)
¿Y con esa prescripción de las listas de los mejores libros leídos del año qué hacemos? Por aquí hemos compartido algún clásico, como es la de Suanzes (véase el comienzo del correo), pero hay varias más que sigo: Lara Hermoso, González Férriz, Laura Ferrero y Montano. Este último en su blog defiende la conveniencia de las listas frente a quien considera que “leer no debería ser un challenge” como Terrés. En mi lado me apunto a esos retos de “goodreads” de los libros a leer por año, pero sólo lo comento cuando lo consigo
Varios de los textos que he compartido en esta sección están publicados en blogs. Por eso al cruzarme con la entrada de Mariano Amartino en Uberbin (un blog que sigo desde hace ¿15 años?) que subraya que “sin embargo estos últimos dos años mi vida (la de todos) se movió al mundo online de una manera impensada pero los grandes ganadores fueron las plataformas de terceros en vez de nuestros propios espacios” en su “2021 o intrascendencia del blog” se despertó en mi una ligera esperanza de un movimiento insospechado: hay una generación que quiere el ritmo y el desarrollo más lento y descentralizado de los blogs frente al ritmo creciente y la cantidad de información abrumadora de las redes sociales centralizadas
A corto, sospechar de un falso negativo; a medio plazo el fin de la excepcionalidad por Covid
Otra gran pieza de Kiko Llaneras, Mariano Zafra y Pablo Linde en El País, “Pruebas de antígenos con ómicron: cuándo son más fiables, cómo interpretarlas y cuándo sospechar de un falso negativo”. Con un despliegue visual que comunica fenomenal y permite el compartir y explicar de un vistazo
Un buen resumen de Jorge Galindo en Esade, “Ómicron: lo que sabemos hoy y claves para navegar la pandemia desde ahora”
Edouard Mathieu y Max Roser recopilan en Our World in Data cómo difieren las tasas de muerte por COVID-19 entre las personas que están vacunadas y las que no
Esta semana se ha hablado de la derrota de Djokovic ante las autoridades australianas, pero su historia de momento es la excepción: Jemele Hill en The Atlantic (en inglés) explica cómo la NBA y la NFL se rindieron a quienes se negaron a vacunar
Un texto importante desde la Sociedad española de médicos de familia, “Hacia el fin de la excepcionalidad”. Tiendo a concidir en muchos puntos (con ómicron toca asumir que todos vamos a pillar el covid-19, intentando la excepción con los muy vulnerables a los que hay que proteger; no es manejable con nuestra atención primaria incluso con algo de refuerzo; sería deseable no extender un autoritarismo y sí impulsar todavía más vacunación)… siempre y cuando se confirme la visión optimista con esta variante, la que nos da muchos contagios pero poca gravedad relativa
Katherine J. Wu en The Atlantic (en inglés) tiene una pieza sobre una de las tesis optimistas con ómicron, la que apunta a que la infección generalizada va a ser un empujón enorme de inmunidad individual y también como sociedad. El resumen es que va a ayudar mucho, pero que no es probable que sea el caballero blanco que nos salvará porque no es uniforme en todos los casos y se trata de inmunidad con fecha de caducidad
La continuación de los temas que nos interesaron semanas pasadas
La semana pasada comentamos el estado de los proyectos de vacunas españolas, con la de Enjuanes como la más prometedora. Pablo Linde en El País entrevista al virólogo y explora las fechas y fases que tiene por delante la vacuna, “De momento, su preparado solo lo pueden emplear con animales. Si la muestra de seguridad en los macacos es buena, intentarán dar el salto a la fase clínica. Pero les quedará un arduo recorrido por delante: más del 85% de los medicamentos que llegan a fase 1 se quedan por el camino”
Me han llegado varios comentarios sobre el “minimalismo digital” que apareció en la edición anterior del Causas y Azares. Esta semana me he cruzado con esta entrada de Aurora Pimentel Igea en su blog en la que comparte varias lecturas (dejo por aquí que Byung- Chul Han me parece un escritor con apenas un par de ideas sobre las que sobrevuela una y otra vez intentando epatar, algo que consigue, pero me resulta sobrevalorado)
Ya comenté que a la luz del intento de impulso del concepto “neorrancio” desde El País que un poco sí que encajo en alguna de sus características. En Babelia Berta González Harbour intenta hacer un balance en la pugna de “Neorrancios contra progres” con una lista de libros y testimonios de escritores para entender “la guerra cultural que ha estallado”. No puedo acordar que la pieza sea completa porque se fuerza un esquema: son los conservadores los nostálgicos que apuntan a que ciertos elementos del progreso nos empeoran como individuos y sociedad, obviando la crítica reaccionaria al desarrollo tecnológico que se lleva haciendo décadas desde la izquierda. Y que parte de esta guerra cultural tiene que ver disputas a los dos lados de quien lidera su corriente: en la derecha quienes quieren salir de una posición tecnocrática que concede todo en la cultura frente a quienes se oponen a las tesis de izquierda para aceptarlas 20 años después; en la izquierda una visión materialista y ajena a la influencia anglosajona más parecida a las posiciones de hace décadas frente pone en el centro los conclictos identitarios y asume una posición interseccional
Cajón de sastre
Todo el pueblo conoce la historia de Manu, el nombre bajo el que se ocultaba Gioacchino Gammino: un mafioso italiano prófugo desde hace veinte años y detenido el pasado 17 de diciembre. Un historión el que cuenta Analía Plaza en Epe
Sobre el caso “Garzón y la ganadería en The Guardian” hay dos análisis que me han interesado: Manuel Arias en El Mundo (vía compartido en Twitter, es una pieza en cerrado) que subraya la imposibilidad del diálogo sobre un tema se tenga más o menos razón desde una trinchera, Felipe Romero en Twitter por su parte explica como la “problematización del consumo” ha venido para quedarse. El ángulo muerto entre los dos es la corriente que trae la lucha contra el cambio climático con un empeoramiento de las condiciones materiales, aplicada al caso con mucha menos carne disponible y más cara
Por qué los controles de precios son una mala herramienta para combatir la inflación. Noahpinion (en inglés) que defiende el principio con el análisis de la teoría y de la puesta en práctica del control de precios ¿Innecesario a estas alturas? Bueno, la pieza original de Isabella Webber en The Guardian (en inglés) ha tenido apoyo de economistas muy influyentes como Mariana Mazzucato
De los malos periodismos, el más dañino bien podría ser el de que se perpetra a veces en tribunales. Andrés Mohorte en Magnet explica que “el Tribunal Constitucional no ha avalado que se pueda saldar una deuda con sexo oral”
La pandemia deja un consumo más indulgente. Paz Álvarez y Ana Muñoz en Cinco Días en un reportaje que intenta captar como hemos cambiado en los años de pandemia pero que presenta a su vez contradicciones: por un lado “el propósito que tiene una marca se ha vuelto muchas más importante a la hora de decidir si comprar sus productos o los del competidor”, por otro Felipe Romero indica que “la sostenibilidad pierde fuelle sobre todo entre las clases populares, debido a que es un tema cada vez más lejano y que se escapa al control de las personas, no es tanto que no se crea en un estilo de vida sostenible cómo que no se sepa a qué conduce todo esto, a saber si lo que hacemos repercute en el cambio” (tiendo a estar de acuerdo con Romero)
“Este es un artículo que llevo todo el año pasado queriendo escribir y nunca soy capaz. El resumen es que creo que uno de los problemas de los algoritmos y del "big data” es que están matando la diversidad“ IagoLast