Ese libro, esa canción y esa investigación ya no se podrían publicar
Algo llamativo en el desarrollo de la lista: glosar al principio lo más leído de la edición anterior está siendo muy utilizado. Dado que Revue (el servicio que utilizo para enviarla) mide los clics en cada enlace, descubro que muchos lectores utilizan este apartado para redescubrir contenido que pasaron por alto. Así que vamos con ese top: tenemos en primer lugar el tema de Fitness revolucionario de deporte para puretas, a Magnet con su pieza sobre “el reverso tenebroso de Bizum que ha cambiado para siempre las citas románticas en Países Bajos” y completamos la lista con Tamayo y su vídeo que parte del “¿Quieres ser tu propio jefe?”
Ese libro, esa canción y esa investigación ya no se podrían publicar
Descanse en paz Georges Mayer Dahan, Georgie Dan. En su pieza en Epe, Jacobo de Arce subraya que era un clarinetista excepcional. Carlos Toro firma su obituario en El Mundo y termina con un comentario cada vez más común, ese “en estos tiempos no se admitiría su publicación”: “Y aunque unos y otros saben perfectamente lo que tenía el negro, todavía se lo preguntan. Hoy esa frase y otras de Georgie serían políticamente excomulgadas”
Interesantísimo el tema de Antonio Diéguez en Letras Libres (con el que por diversos motivos no coincido en sus conclusiones): “¿Hemos que la libertad de investigación es un valor absoluto y que cualquier pretensión de establecer cortapisas morales o legales bastaría para hacer revolverse a Galileo en su tumba? ¿O hay, por el contrario, razones defendibles para sostener que debe estar sometida, como otros derechos fundamentales, a ciertas limitaciones, incluso hasta el extremo de prohibir, si se viera necesario, la adquisición de ciertos conocimientos posibles? ¿Equivaldría esta prohibición a una censura ejercida por motivos ideológicos? ¿Hay alternativas a dicha prohibición? ”
De la pieza de Jelena Arsić en Jotdown sobre Meghan Daum y su intento de comprender la cultura de la cancelación y no cancelarse en el intento me ha interesado en especial esta parte “Como antropóloga, en su ensayo intentó comprender todo lo que era incapaz de entender de los nuevos fenómenos sociales y políticos. Lo que le fascinó fue que antiguamente la mentalidad de la gente se quedaba obsoleta cuando cumplían sesenta años e incluso más, pero desde la irrupción de los milenials, cree que gente de la generación X, antes de cumplir los cincuenta, ya está fuera. Un desfase que es incapaz de comprender”
Recoge Esther Miguel en Magnet que la lista de libros más censurados en EEUU ofrecen un retrato muy distinto de la llamada “cultura de la cancelación”
Lo que hacemos en la ducha para luchar contra el cambio climático
El gobierno traslada a los ciudadanos la lucha contra el cambio climático mediante esfuerzos personales, dramatización
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A riesgo de resultar pesado, las consecuencias sociales y políticas en la lucha contra el cambio climático me parece EL TEMA de las próximas décadas
Esta pieza de Manuel Planelles y Miguel Ángel Medina sobre una encuesta propia de El País tiene mucha chicha. A destacar que los españoles seguimos convencidos del peligro del cambio climático y de que la causa es la acción del ser humano, lo ve un riesgo claro y, lo más interesante, está dispuesto a algunos sacrificios para luchar contra él. El caso es que al mirar el detalle, mi impresión es que no hay tanta voluntad de sacrificio: a favor de medidas que afectan a pocos (como prohibir el avión entre ciudades entre las que hay tren) o que se ven distantes en el futuro (a favor de prohibir coches de combustión en 2035 mientras se da la incoherencia de que “el 60% compraría ahora un coche enchufable, tanto híbridos como eléctricos puros… cuando está claro que no lo estamos haciendo). Cuando se considera una medida real con efectos inmediatos, la mayoría dice NO: "Son mayoría los encuestados (el 53,2%) que no están dispuestos a pagar más impuestos por las actividades más contaminantes. Y, en concreto, el 68,1% no apoya que el Gobierno suba los impuestos de la gasolina o diésel”
El debate sobre el peso de las decisionespersonales de consumo y de estilo de vida que hacemos en esta lucha han subido decibelios en esta semana del COP-26. Evitar el sexo en la ducha está entre las que más llamativas de las que cita Harriet Orrell en su tema sobre “sexo ecológico” en Bbc en español (la medida más radical es por cierto, el antinatalismo climático). Por otro lado tenemos a Cristina Armunia en El Diario con una pieza titulada “¿Cuánto contamina un cadáver? Se buscan alternativas ecológicas a los entierros tradicionales”
“La inacción para evitar el aumento de las temperaturas se promueve ahora a través de una postura derrotista con bulos escondidos en medias verdades” Denuncian Patricia R. Blanco y Brenda Valcerde en El País y es algo que también trata Esther Miguel en Magnet a partir de otra recomendación del Foro Económico Mundial, la de ducharte con agua fría para faltar menos al trabajo. Entendiendo el punto de ambos temas, en el primero se peca en mi opinión de buscar a un rival débil como el idiota de Dalas para establecer como cierta la tesis propia.
En lo que si aciertan ambos temas en diagnosticar que va a haber un choque porque para luchar contra el cambio climático se va a tener que meter mano a cómo producimos nuestros alimentos. De esta pieza de Adeline Marcos para Agencia Sinc, “Un equipo internacional de científicos ha estimado en 17.318 millones de toneladas métricas de CO2 las emisiones anuales de todo el sector alimentario. La carne de vacuno, seguida de la leche de vaca y la carne de cerdo, son los alimentos de origen animal que más contribuyen”
Sobre el tema de la resistencia al cambio me lo he pasado muy bien con la entrevista de Ángel Villarino en El Confidencial a Vaclav Smil. La lucha por conseguir una pieza de valor del periodista ante la parquedad y antipatía del entrevistado se salda con éxito: logra el mínimo vialbe de publicación (le da un titular) y con explicaciones sobre su libro una foto interesante, en el que discute la resistencia al cambio de modelo energético o el acabar en tesis decrecentistas
Leo esto de varios autores en el Daily Mail (en inglés) y comprendo esa posición cada vez más visible de gente que no acepta prédicas sobre restricciones y sacrificios de una élite que viaja a cumbres del clima en jet privado
Hay una reacción contra la nueva industria del entretenimiento y la nueva opinión pública
La ‘Ley Iceta’ quetraspone varias Directivas europeas, entre ellas la de derechos de autor en la UE, introduce algo nuevo y preocupante que ni siquiera aparece en la propia norma europea que el ministro de Cultura dice “respetar”: la obligación para las plataformas de ‘streaming’ de interrumpir de forma inmediata retransmisiones en directo a petición de los productores o dueños de los derechos, sin garantía judicial previa y con posibles consecuencias penales. Lo explican Pablo Romero en Público y Antonio Sabán en Genbeta
No es el único movimiento reaccionario. Al igual que la Ley Iceta va sobre todo de proteger a actores instalados de las industrias del entretenimiento, el PP quiere acabar con el anonimato en Internet sociales como explicó Antonio Vallejo en Genbeta. Esto último es una reacción de otro tipo, un intento de regresar a una opinión pública más controlada y más moderada por la vía de promover la autocensura en redes
Puede que no sea Netflix lo que acabe con las salas de cine
El gobierno vasco mantienbe que a su juicio resulta “incompatible mantener permanentemente la mascarilla con el ejercicio de comer y beber en el cine”. Y, como cuentan en Diario Vasco, el TSJPV le ha permitido mantener la prohibición ante la queja de los cines.
Tenemos por otro lado el lugar común de que las salas de exhibición vivien de bebidas y palomitas. De hecho en los cines de Yelmo están “prohibiendo” algo perfectamente legal, como es entrar al cine con tu comida y bebida. Lo comenta Verónica Lechuga en El Blog Salmón y un comentarista del artículo creo que describe bien la política de la empresa, “Di a los clientes que no se puede pasar comida pero si se ponen cabezones les dejas por que es legal”
Cajón de sastre
Tenemos por un lado los grandilocuentes anuncios sobre el futuro del metaverso y por otro titulares como el de Ian Walker en Gizmodo en español, “Oculus actualiza sus gafas para que la gente deje de dar puñetazos a los niños sin querer”
El número de personas en situación de pobreza extrema en España subió en más de un millón en el año de la pandemia. Lo asegura funcas en el último “Focus on Spanish Society”, que recoge datos de Eurostat de 2020. Cuando muchos medios e informes hablan de “riesgo de pobreza” se trata más de una medida de desigualdad que puede resultar engañosa si partimos del entendimiento común de qué es ser pobre. En el informe explican que se encuentra en pobreza extrema alguien que cumple al menos cuatro condiciones de una lista de nueve, entre las que encontramos hacer frente a gastos imprevistos, tener una tele en color ¿?, mantener la casa caliente o - esto calificarlo como “pobreza extrema” me resulta chocante - permitirse una semana de vacaciones al año fuera de casa
Infografía de Alberto Lucas Lopez con los idiomas del mundo representados en función de su peso, de su número de hablantes. La explica Iman Ghosh en Visual Capitalist. Ayuda a ver también como España es el cuarto país en hispanohablantes tras México, Argentina y Colombia al menos tal como se mide a efectos del mapa. Como explicó Andrés Mohorte en su momento en Magnet, España es una excepción lingüística: sólo el 81% de sus habitantes habla español en casa
La ministra de Defensa austríaca, Klaudia Tanner, aseguró que existe una alta posibilidad (del “100% en los próximos cinco años”) de que se produzca un apagón eléctrico que afecte masivamente no solo a Austria, sino al conjunto de la Unión Europea. Elena G. Sevillano escribe un perfil en Ideas de El País y explica su posición
Los niños españoles ya pueden conocer a Juan Pilila, el hombre con el pene más largo del mundo. Oskar Belategui en El Correo
Tres sobre Zemmour, “el mayor polemista de la derecha mediática francesa puede convertirse en presidente aupado en un discurso contra el feminismo y la ‘gran sustitución’ migrante”: Marina Gumpert en Voz Pópuli, Pablo Bustinduy en Público y González Férriz en El Confidencial